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¿Qué papel desempeña la socialización positiva en la prevención?


Nuestra anterior pepita de prevención presentaba el Modelo etiológico que mostraba las fuentes que influyen sobre las creencias, actitudes, normas y comportamientos de los seres humanos. Vamos a explorarlo un poco más.

Cuando nacemos, no tenemos una cultura innata. La cultura, las actitudes, las creencias, el lenguaje y el comportamiento son aprendidos. Este proceso de aprendizaje es la socialización. La socialización es un proceso que dura toda la vida e involucra una gran variedad de agentes de socialización a lo largo de nuestras vidas y tiene lugar mediante la observación y el aprendizaje guiado en un entorno positivo. La socialización mejora cuando los niños forman vínculos afectivos cálidos y se sienten unidos al agente de socialización. Criarse en un entorno familiar positivo, tener éxito en la escuela o en una organización religiosa y ser aceptado por los compañeros crea sentimientos de pertenencia y vínculo. Tener interacciones pobres, de baja calidad o fallidas puede promover sentimientos de alienación o de no pertenencia y puede alejar a los individuos de la familia, los compañeros, la escuela o las organizaciones religiosas quizás hacia la formación de vínculos con entornos y grupos negativos.


Como hemos dicho antes, los principales influenciadores de este proceso son los agentes de socialización. Ejemplos de agentes de socialización son los padres, los profesores, los líderes religiosos, los compañeros de organización y los compañeros de trabajo. Como este es un proceso que dura toda la vida, una socialización exitosa nos ayuda a ajustarnos positivamente a las transiciones de la vida. Estas transiciones están asociadas a cambios físicos, emocionales y cognitivos. La experiencia de estas transiciones biológicas y fisiológicas varía en función del sexo, pero también del grado en que se alcancen los puntos de referencia anteriores del desarrollo. Además, la respuesta a estos cambios transitorios está guiada por factores familiares, comunitarios y culturales a través del proceso de socialización.


¿Cómo son estas transiciones? Estas transiciones implican pasar del hogar y la familia a la escuela. Y en los casos en que las escuelas se centran en niveles de desarrollo -primaria, secundaria y bachillerato-, las transiciones se producen al pasar de una escuela a otra. Los niños pasan de ser los alumnos más aventajados a los novatos. Las transiciones más importantes son del instituto a la universidad y/o al trabajo. En muchos casos, por primera vez, los individuos están lejos de sus familias y pueden no tener supervisión. Luego, por supuesto, hay cambios sociales en nuestras vidas, como cambiar las relaciones con los compañeros, salir con alguien, casarse y formar una nueva familia. También, tener hijos, entrar en nuevas situaciones laborales y culturales. Y, por último, la jubilación, la pérdida del cónyuge o pareja, así como la pérdida de familiares y amigos. La preparación, incluso para las transiciones "normales" de la vida, nos ofrece la oportunidad de responder adecuadamente para mejorar los resultados de la transición y hacernos más resilientes.


En muchos sentidos, la prevención es también un proceso de socialización y el profesional de la prevención es un agente de socialización. Este proceso puede funcionar de dos maneras. En primer lugar, el profesional de la prevención puede servir para formar a agentes de socialización clave, como padres y profesores, para mejorar sus propias habilidades de socialización. En el caso de los padres, puede tratarse de ayudarles en sus habilidades parentales. Por ejemplo, cómo relacionarse con un niño que puede ser vulnerable debido a un escaso control emocional o de comportamiento. En el caso de los profesores, puede tratarse de crear un clima en el aula que involucre positivamente a los alumnos para que tengan un mejor rendimiento académico. Pero también el profesional de la prevención puede participar en el proceso de socialización como agente socializador. Un ejemplo de este papel sería la realización de una intervención de prevención basada en la evidencia, como un currículo de prevención escolar del uso de sustancias basado en la evidencia; cuando las intervenciones de prevención se dirigen directamente a los niños y adolescentes a través de un currículo, están socializando a los estudiantes para actuar de manera sensata sobre el uso de sustancias.

Estas intervenciones subrayan que el uso de sustancias no es un comportamiento aceptable para su grupo de edad y que la mayoría de sus compañeros no consumen sustancias; demuestran los efectos negativos del consumo de sustancias en su vida social y académica, así como en su salud y ofrecen oportunidades para practicar habilidades de rechazo en situaciones relevantes en las que pueden estar expuestos a que se les ofrezca alcohol, tabaco o alguna otra sustancia. Además, mediante intervenciones ambientales a nivel macro, los profesionales de la prevención pueden crear entornos que ayuden a reforzar la toma de decisiones y los comportamientos positivos. Algunas de ellas implican cambiar las políticas o las leyes que regulan el acceso a las sustancias, controlar su consumo en lugares públicos, aumentar los impuestos sobre la compra y otras acciones basadas en el entorno.


En otras palabras, podríamos decir que la prevención es la socialización basada en la evidencia.

¿Se te ocurren otros ejemplos de prevención como proceso de socialización? Únase a la conversación enviando sus comentarios aquí.

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